El cambio climático amenaza las cosechas de productos agrícolas. El transporte adecuado de alimentos frescos representa una solución que protege la seguridad alimentaria.
Ir al supermercado y seleccionar con cuidado frutas, verduras o carne, confiando en que llegarán a la mesa en perfecto estado, es parte de nuestra rutina diaria. Pero pocas veces nos detenemos a pensar que el cambio climático amenaza a las cosechas de productos agrícolas con olas de calor impredecibles y patrones de lluvia erráticos, lo que podría provocar que los alimentos frescos desaparezcan. Ante este panorama, el transporte adecuado de alimentos, propiciado por las innovaciones en la gestión de la cadena de frío, representa una solución que puede mitigar este riesgo.
El desafío no es menor. Los agricultores, transportistas y distribuidores deben resolver cómo preservar la frescura y calidad de los productos agrícolas ante el impacto del cambio climático, evidente en cosechas afectadas por sequías, lluvias torrenciales y olas de calor. Los alimentos frescos son especialmente vulnerables a estas fluctuaciones climáticas, ya que requieren condiciones específicas para su óptima conservación.
Un estudio realizado por la Universidad Autónoma de Nuevo León advierte que, de no abordarse este problema, las pérdidas agrícolas derivadas del cambio climático podrían incrementar las tasas de hambre y desnutrición en un 20%, para 2050. Además, se proyecta un aumento del 90% en los precios de los alimentos frescos para 2030, lo que subraya la urgencia de soluciones en la cadena de frío.
Un transporte adecuado ayuda a reducir el desperdicio de alimentos
El impacto del cambio climático en los comestibles frescos se agrava al considerar que cada año se desperdician aproximadamente mil 300 millones de toneladas de alimentos, lo que equivale al 30% de la producción mundial, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Ya que el sistema alimentario genera hasta un 37% de las emisiones de gases de efecto invernadero, significa que alrededor del 10% de esas emisiones se deben únicamente a la pérdida y desperdicio de comestibles.
“En este contexto, la cadena de frío se convierte en una herramienta transcendental”, señala José Carlos Gómez, director de Ventas y Operaciones de Thermo King LATAM. “A través de sistemas de refrigeración sostenibles y con la capacidad de monitorear los activos en tiempo real, es posible preservar la calidad de los productos frescos hasta que llegan a las manos del consumidor, lo que contribuye a combatir el desperdicio de alimentos al mismo tiempo que se reduce el impacto ambiental del transporte”, afirma.
De hecho, se ha demostrado que una cadena de frío eficiente puede reducir el desperdicio de alimentos. Un estudio de la Universidad de Michigan revela que casi la mitad de los mil 300 millones de toneladas de alimentos que se desperdician cada año, podrían evitarse si las cadenas de suministro fueran totalmente refrigeradas. Esta cifra subraya la importancia de las tecnologías avanzadas en la preservación de alimentos frescos.
Innovaciones tecnológicas: Sostenibilidad y eficiencia en la cadena de frío
El directivo de Thermo King, enfatiza la necesidad de acelerar la descarbonización del sector a través de la electrificación y el uso de energías renovables en la refrigeración del transporte. “Para alcanzar este objetivo, es indispensable la implementación de tecnologías avanzadas que optimicen la eficiencia energética y reduzcan las emisiones”, afirma.
Una de las innovaciones más destacadas es el sistema de recuperación de energía inteligente, que permite una refrigeración con cero emisiones. Este sistema, instalado en los remolques de transporte, aprovecha la energía que normalmente se perdería durante el trayecto, utilizándola para alimentar la unidad de refrigeración sin necesidad de activar el motor. Esto también incrementa la eficiencia operativa y contribuye a un transporte más sostenible.
Otra tecnología en el transporte de carga es el uso de sistemas que incorporan refrigerantes de bajo impacto ambiental, como el CO2, que no contribuyen de manera significativa al calentamiento global en comparación con los refrigerantes tradicionales. Además, los avances en contenedores refrigerados permiten ajustar automáticamente las condiciones internas de temperatura y humedad, dependiendo del tipo de alimento que se transporta, lo que maximiza la frescura y minimiza el desperdicio.
La telemática y el transporte: Garantizando eficiencia en la cadena de frío
Dentro de este ecosistema tecnológico, la telemática ha surgido como una solución esencial para la gestión eficiente de la cadena de frío. Esta innovación, que combina telecomunicaciones y tecnologías de la información para monitorear y transmitir datos a distancia, ha propiciado un transporte adecuado de alimentos frescos.
En la cadena de frío, la tecnología telemática permite recopilar y analizar datos en tiempo real sobre la ubicación, temperatura, humedad y otros factores críticos durante el transporte de los alimentos. Esta información se envía a los operadores, quienes pueden tomar decisiones informadas para ajustar las condiciones de refrigeración o modificar las rutas de entrega si es necesario. Con la telemática, se garantiza que los alimentos se mantengan dentro de los rangos óptimos durante todo su viaje, incluso en condiciones climáticas extremas. Algunos de sus beneficios son:
- Monitoreo en tiempo real: La telemática permite un seguimiento constante de las condiciones de temperatura y humedad, lo que asegura que los alimentos frescos mantengan condiciones ideales.
- Reducción del desperdicio alimentario: Al detectar y corregir posibles fallos en la refrigeración a tiempo, la telemática ayuda a evitar que grandes cantidades de alimentos se echen a perder, disminuyendo el desperdicio.
- Optimización de rutas y tiempos de entrega: Con el seguimiento en tiempo real, las rutas pueden ajustarse dinámicamente según las condiciones del tráfico o el clima, lo que reduce los tiempos de entrega y el consumo de combustible.
- Sostenibilidad mejorada: Al optimizar tanto las condiciones de refrigeración como las rutas de transporte, la telemática contribuye a la reducción del uso energético y, por ende, de las emisiones de gases de efecto invernadero.
“En un contexto global en el que el cambio climático sigue presentando desafíos cada vez mayores para la producción y distribución de alimentos frescos, las soluciones sostenibles en la cadena de frío serán fundamentales. Estas tecnologías podrán garantizar la seguridad alimentaria, pero también ayudarán a construir un futuro más resiliente y respetuoso con el medio ambiente, donde los alimentos frescos puedan seguir siendo accesibles para todos”, concluye José Carlos Gómez.