Por: Juan Duarte /Director de DUAGA
El hidrógeno verde y sus productos derivados han llegado no solamente para revolucionar la industria naviera, sino también la industria portuaria.
Como ustedes bien saben, el hidrógeno es el elemento químico más liviano y abundante en el universo. Su molécula está presente en el 70% del universo, entre otros, principalmente dentro del agua (H2O).
El Hidrógeno tiene más energía por peso que cualquier otro combustible, incluso casi 3 veces más que la gasolina. Este gran poder energético se utiliza entre otros, para enviar los cohetes al espacio. Ahora bien, ¿cuáles son los tipos de hidrógeno y cómo se producen? Los más comunes son el hidrógeno gris que se obtiene a partir de combustibles fósiles y dependiendo del hidrocarburo utilizado y la cantidad de CO2 que libere, también puede denominarse hidrógeno marrón. El azul es exactamente el mismo hidrógeno gris, con la diferencia que hay una captura de carbono en el cual el CO2 separa y se almacena.
La nueva revolución proviene de crear hidrógeno verde (GH2) basado en fuentes de energía limpias, que eliminen el componente de CO2 en el proceso de producción de GH2 y sus derivados. Entre los principales productos estratégicos para el sector portuario están: i) generación de energía, ii) generación de amoniaco y iii) generación de metanol.
A continuación, hago una contextualización breve y general de los procesos involucrados:
La generación de energía a base de GH2 se da gracias a un proceso de electrólisis que combina la fuente de energía renovable, para separar con un cátodo, un átodo y una membrana (componentes de un electrolizador), el hidrógeno presente en el agua. Con el hidrogeno resultante, se puede entre otros, abastecer una célula de combustible la cual almacena la energía. El amoniaco por su parte utiliza un generador de nitrógeno que captura aire para producir nitrógeno (N2) y junto al electrolizador que produce H2, pasa por un proceso que combina presión y altas temperaturas conocido como Haber-Bosch, para generar el NH3 que es conocido como amoniaco. Finalmente, el metanol se consigue de capturar el carbono de procesos industriales o del aire, el H2 producto del electrolizador y pasarlos conjuntamente por un reactor que con un catalizador a alta presión y temperatura produce el metanol.
Ahora bien, ¿cuáles son los usos del hidrógeno verde en el sector portuario? Por parte de la electricidad tenemos la célula de combustible hidrógeno para proveer energía de la costa al barco, alimentar equipo especializado como grúas pórtico, grúas móviles, las RTG, sistemas de bandas para carga y descarga de granel, camiones de la terminal o TTs, Reach Stackers, Side Picks, montacargas o sistemas completos de contenedores refrigerados.
Por parte del amoniaco, este es muy apetecido para la producción de fertilizantes, procesos de refrigeración Industrial, textiles, la industria farmacéutica y el transporte de amoniaco para la exportación de hidrógeno, además, es también una fuente posible de combustible.
Finalmente, el metanol, uno de los combustibles más apetecidos en la revolución de la industria naviera, es requerido como materia prima para la industria química, aditivo para combustible, la producción de plásticos, transporte en barcos tanqueros y, sobre todo, como suministro de combustible para los nuevos barcos ordenados por navieras como Maersk, MSC, Evergreen, CMA CGM entre otros, que piensan reconvertir su flota para disminuir su huella de carbono con metas a 2030.
En la actualidad casi el 70% de las fuentes de energía de los puertos en Latinoamérica, provienen de generadores a base de Diesel. 1 kilogramo de este Diesel produce 2.7 kilogramos de CO2, y si lo multiplicamos por las toneladas consumidas de este combustible tradicional, son cientos de megatoneladas de CO2 que son emitidas por las operaciones de las terminales, que son estratégicas y muy necesarias para el desarrollo de la economía de la región. Sin embargo, es hora de fijar rumbo hacía una descarbonización, la cual puede traducirse en la reducción de costos operativos, y la generación de nuevas fuentes de ingresos en proyectos de bunkering, entre otros, además de ser el nodo logístico principal para que otras industrias en las economías locales, puedan descarbonizar sus procesos gracias a las puertas que el sector portuario y naviero, le abren al desarrollo y el comercio del hidrógeno verde.
Ejemplos como los del Puerto de los Ángeles, el Puerto de Ámsterdam, el Puerto de Valencia, Noruega, Corea del Sur, Singapur, entre otros, son el llamado a que Latinoamérica también inicie su transformación. Para ello, hemos logrado desde DUAGA identificar y estructurar el acceso a los recursos internacionales disponibles para desarrollar los estudios de factibilidad de los proyectos de hidrógeno verde para el sector portuario, y recursos de donación para proyectos piloto. Sin embargo, apenas son semillas que podrían, y deben ser sembradas en diferentes países de Latinoamérica, pues el hidrógeno verde llegó para quedarse.
Debemos fijar el rumbo para su estudio e implementación en nuestras terminales, con el objetivo de contribuir al crecimiento y posicionamiento estratégico de nuestros puertos, en las nuevas redes de comercio internacional que demandarán energía y combustibles más limpios
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